Esto no es poesía

No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo.

- Oscar Wilde -

lunes, octubre 17, 2005

Al final de la tarde

Al final de la tarde Enya ablanda mi gesto cantando China Roses mientras me desconcentro del trabajo para volver a tus brazos y así protegerme de los ceños fruncidos, los datos urgentes para antesdeayer, las reuniones importantes y somníferas, las risas frías y obligadas, las miradas sesgas, la oficina, la oficina, la oficina, el ofi-cinismo, vos me esperás con una sonrisa y un beso para salvarme una vez más de mi mismo.

4 Comments:

At 5:47 p. m., octubre 17, 2005, Anonymous Anónimo dijo...

Es maravilloso lo que describes... es maravilloso vivirlo... en mi caso son las largas horas frente a una computadora, el tedio de clases laberínticas sin final aparente, la soledad de la oficina unipersonal, el auto que deja de ser auto si no está ella... y ella siempre ahí, apareciendo y re-apareciendo, haciendo que el mundo, las tediosas clases, la oficina, la computadora y todo, vuelva a tener sentido...

Es genial cuando escribes algo así e inspiras en otros, el escribir cosas como estas... EL ver la vida con los ojos del corazón es maravilloso: muestra a Anne (o en tu caso a Gabriela) tal cual son...

 
At 3:08 p. m., octubre 18, 2005, Blogger jorge angel dijo...

Gracias por tu entusiasmo, y es que la vida fuera de esa persona te deshumaniza, pero en sus brazos volvés a ser vos mismo, volvés a respirar.

Abrazos.

 
At 4:03 p. m., octubre 18, 2005, Blogger Marcela Fumale dijo...

Afortunadas esas mujeres...

Es genial lo que describís :) ya quisiera más de una y uno ;)

Un abrazo.

 
At 5:07 p. m., octubre 18, 2005, Blogger jorge angel dijo...

Shered, gracias por pasar por acá.

Besos.

 

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