Infidencias

Es que sufren, y no sabés cuánto, vos no has visto el grosor de sus lágrimas, ni has escuchado su sollozos en la oscuridad del dormitorio a media noche, cuando vos, ajena a su dolor, dormís, no tenés idea, yo podría contarte todo, podría mostrarte sus ojos enrojecidos por el llanto, podría decirte el por qué de su tristeza, pero me han pedido que no lo haga, no quieren perturbar tu sonrisa, ellos, en su timidez, me hicieron prometer que no te diría nada, que callaría indefinidamente, que nunca oirías de mi boca que lloran a morir porque no podrán llegar hasta tus labios los versos que no te escribí.